CARMEN T.

Credo bolivariano... Laureano Márquez

Se acerca la Semana Mayor y algunas revelaciones doctrinales sobre la teología cristiana nos han sido comunicadas por el papaúpa. A saber: Dios-Padre es bolivariano, Jesús socialista y el Espíritu Santo milita en el PSUV, lo que garantiza la pronta resolución del embrollo eléctrico. Por tal razón, proponemos a la Congregación para la Doctrina de la Fe que, con carácter de urgencia, acepte, junto al Credo de los Apóstoles y el NicenoConstantinopolitano, el credo bolivariano, para el que proponemos la siguiente fórmula:

“Creo en Dios, Padre todopoderoso, bolivariano y revolucionario. Creador del cielo y de la tierra y esperanza nuestra para la resolución del problema eléctrico cuando nos mande la tan anhelada lluvia, porque Él dijo: `hágase la luz’ y la luz se hizo. Creo en Jesucristo, su Único hijo, Nuestro Señor -después de nuestro líder y conductor- y primer socialista de la historia al expropiar el pan y el pescado para su multiplicación, mientras sus seguidores coreaban: “Uh, ah… Jesús no se va”, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo y nació de Santa María Virgen, también simpatizante del proceso. Padeció bajo el poder de Poncio Pilato, un enviado del imperio y agente de la CIA, fascista y golpista venido a sabotear la revolución palestina, reprimir y expulsar a los árabes y acabar con los persas.

Fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, también conocidos como IV República, un lugar inhóspito y corrupto, de jueces vendidos y opresión. Al tercer día resucitó de entre los muertos, gracias a los adelantos de la medicina cubana. Subió a los cielos, en un helicóptero puesto a su servicio por nuestro comandante, y está sentado a la derecha de Dios Padre todopoderoso (el del cielo). Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos, aunque a los vivos en este país nunca nadie los juzga, cosa que hará delegando funciones en nuestro máximo tribunal, en cuya imparcialidad y desinterés por los asuntos materiales confía. Creo en el Espíritu Santo y en su militancia en el marxismo-leninismo, en la Santa Iglesia Católica, bolivariana y revolucionaria, en la comunión de los santos en cooperativas endógenas, en el perdón de los pecados cometidos por los nuevos millonarios, en la resurrección de la carne y su vuelta a Mercal y en la vida eterna de nuestra revolución.

Patria, socialismo o muerte…

Amén.

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